Vuelo frustrado

Hoy fui a volar literalmente. Ya estaba decidido a lanzarme al acantilado para ser sostenido por algunas cuerdas y una lona que flotaba en el aire. Sí, fui a volar en parapente. Llegué con Emil y Leo y yo estaba entre palteado y emocionado. Palteado, porque debo admitirlo, tengo fobia a las alturas y emocionado porque iba a cumplir con una de mis metas. Lo primero que me llamó la atención, fue una iguana que caminaba por la parede de ladrillos que cercaba el "jardín de despegue/aterrizaje". Entré y pagué lo que costaba el viaje. Me puse el arnés y el casco y yo ya estaba listo para alzar vuelo, cuando derrepente la naturaleza falló y decidió dejar de hacer soplar al viento. Las ráfagas de viento bajaron e iba a ser casi imposible que el parapente levantara el peso del piloto y el mio. Me senté en el jardín esperando que el viento cambiara de actitud, pero no. Me quedé con todas las ganas de volar, así que probablemente este post continúe antes de que se cumpla 1 año de mis promesas...