Este es mi blog (léase "bloj"). Cada cosa que escriba será algo que es parte de mi vida o de mi forma de pensar. De vez en cuando escribo cosas que siento, porque soy alguien que vive enamorado. Una chica marcó mi vida, siempre la tengo presente y es muchas veces el motor que me mueve y motiva. Actualmente hay otra chica entrando en este escenario llamado "Vida" y ojalá permanezca el tiempo suficiente. Espero que mi vida sea de tu agrado, es lo que tengo, loca a veces, pero es así y me gusta.

lunes, 20 de agosto de 2007

El terremoto empieza ahora

El pasado miércoles 15 de agosto la naturaleza nos pegó un cachetadón dándonos una sacudida fuerte. Lamentablemente hubieron hermanos nuestros que sufrieron mucho y necesitan de nosotros que somos los que estamos más cerca. La respuesta del pueblo peruano fue inmediata, la solidaridad no se hizo esperar y sólo al día siguiente por la noche, los bancos de sangre estaban totalmente llenos, prácticamente todas las empresas habían empezado campañas para recolectar ropa, agua y víveres. El día sábado ni bien acabó el partido de la sub-17 (que me levantó el ánimo) vi que necesitaban manos en el estadio para ordenar toda la ayuda que llegaba de todas partes. Me bañé y fui para allá a pasar el día ayudando en lo que se pueda. Cargando cantidades de agua, víveres y ropa que para mi era mucho reflexioné y me di cuenta de que sería insuficiente. El área que cubre el patio de la puerta 14 del estadio nacional no es más grande que la que ocupa un mercado. El agua y la comida probablemente dure un par de días. Pensé: "Y después de eso... ¿Qué?". Espero que nos crucemos de brazos y pensemos que ya ayudamos, porque la ayuda debe ser algo frecuente, interdiaria ó diaria si es posible. Quizás sea iluso al pensar que esto se puede, pero creo que es nuestro deber como peruanos darnos la mano, porque probablemente algún día nos toque a nosotros ser los que necesitemos de alguien que nos ayude a ponernos de pie. Espero que hagamos lo posible por ayudar a nuestros hermanos del sur y no seamos espectadores de algo que sucedió tan sólo a 200 kilómetros al sur de nosotros.