Este es mi blog (léase "bloj"). Cada cosa que escriba será algo que es parte de mi vida o de mi forma de pensar. De vez en cuando escribo cosas que siento, porque soy alguien que vive enamorado. Una chica marcó mi vida, siempre la tengo presente y es muchas veces el motor que me mueve y motiva. Actualmente hay otra chica entrando en este escenario llamado "Vida" y ojalá permanezca el tiempo suficiente. Espero que mi vida sea de tu agrado, es lo que tengo, loca a veces, pero es así y me gusta.

lunes, 30 de abril de 2007

Vaca Pintada

En mi viaje a Buenos Aires Cevollín nos embarcó en la busqueda de las vacas pintadas argentinas. ¿Y qué son estas vacas pintadas? Exsiten unas vacas que son decoradas por algunos pintores y estás vacas son muy coloridas ya que hacen las veces de lienzo. Los argentinos tuvieron la idea de realizar su propio "Cow Parade" y fabricaron y pintaron sus propias vacas. Finalizando esta exposición, las empresas pagaron por las vacas y estas ahora adornan sus salones y no están permitidas ser fotografiadas.
Luego de tanto concepto, regreso al punto inicial. Cevollín encontró una tienda en la cual vendían réplicas de las vacas pintadas y sólo quedaban dos. Cevollín compró una de esas vacas y se la llevó. En una tienda, por accidente se le cae la vaca y a esta se le rompe la punta de un cacho. Por esta razón fuimos con Cevollín el último día que estuvimos en Bs. Aires a comprar la última vaca. Cevollín le explicó al vendedor que él había comprado la penúltima vaca y que se le había roto. El vendedor empezó a envolver la vaca mientras Cevollín le decía "¿Por favor, puede envolverla con dos papeles para que esté más segura?". Con la vaca ya envuelta en un papel, el vendedor aceptó. Mientras el vendedor buscaba por otro lado el segundo papel, la vaca empezó a rodar sobre la mesa. Cevollín gritó "¡C-U-I-D-A-D-OOoooo!" y la vaca cayó al suelo. El vendedor, tan sereno como si le regalaran las vacas, sólo atinó a decir: "Ya no hay vaca.", recogió la bola de papel, la abrió y mostró los pedazos rotos a Cevollín, quien tenía la cara congelada por lo acontecido en ese instante de tiempo. Por Dios que una cámara filmadora hubiese sido lo ideal en ese momento. El vendedor, muy gentilmente, dijo a Cevollín: "La vaca no era para vos.". Cogimos nuestras cosas y nos fuimos (obviamente riéndonos de Cevollín y su suerte por un buen rato).

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