por la ventana,
y tantos días

quedan atrás.
Ya no me duelen
todas las cosas
que ayer me podían molestar.
Son cajones que se cierran
para que nadie los vea.
Son palabras que no
pude decir.
Pero ya no me importa,
porque nada me toca,
y no hay nada vivo
dentro de mí.
Floto en el aire
desde esta tarde,
cuando mi cabeza
explotó.
Ahora el piso es de nubes
y me asomo cada tanto
a espiarte desde
donde estoy.
Y veo, y vuelo.
Y veo, y vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario